Te confieso que corte mi cuerpo bajo las costillas y con gran dolor introduje mi mano derecha asta poder tocar mi corazón, sentí sus latidos reprochandome la cobardía por no decirte lo mucho que te deseo-Toma un trio de latidos para ella.
Sonreí dándole gracias
Deslice mi mano con toda calma y delicadeza para no soltar aquellos tres latidos
Sangre poco y la herida desapareció por completo tome una pequeña vasija de porcelana para guardarlos.
Limpie mi cuerpo extendí mis alas y salí en busca de ti, de tu aroma de tu sabor.

3 comentarios:
tres latidos...
amor... desamor... maldición...
Para eso se guardan...
que bueno que regresas a la escritura...
porque tan abandonado????
Me hiciste recordar a los siete Eternos de Neil Gaiman. Tres de siete, habría que elegirlos muy bien.
Yo elijo Deseo, Desespero y Destrucción.
Saludos desde el ocaso...
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