martes, 22 de diciembre de 2009

Te confieso que corte mi cuerpo bajo las costillas y con gran dolor introduje mi mano derecha asta poder tocar mi corazón, sentí sus latidos reprochandome la cobardía por no decirte lo mucho que te deseo

-Toma un trio de latidos para ella.
Sonreí dándole gracias
Deslice mi mano con toda calma y delicadeza para no soltar aquellos tres latidos
Sangre poco y la herida desapareció por completo tome una pequeña vasija de porcelana para guardarlos.
Limpie mi cuerpo extendí mis alas y salí en busca de ti, de tu aroma de tu sabor.

3 comentarios:

Gittana dijo...

tres latidos...
amor... desamor... maldición...

Para eso se guardan...

que bueno que regresas a la escritura...

Gittana dijo...

porque tan abandonado????

Al Herrera dijo...

Me hiciste recordar a los siete Eternos de Neil Gaiman. Tres de siete, habría que elegirlos muy bien.

Yo elijo Deseo, Desespero y Destrucción.

Saludos desde el ocaso...